Los Dominios de Sísifo

Quiero, quiero olvidarte
Como se olvidan los recuerdos de la niñez
Quiero, quiero borrarte de mi mente
Como se borran los trágicos momentos

Quiero, quiero dejar de pensar en ti
Como se deja de pensar en el pasado
Quiero, quiero arrancarte de mi corazón
Como se arrancan los puntos de una herida

Quiero, quiero despojarme de tus recuerdos
Como se despojan los malos pensamientos
Quiero, quiero renunciar a ti
Como se renuncia a los sueños

Quiero, quiero no volverte a ver
Como se deja de ver al ser querido que muere
Quiero, quiero dejar de soñar contigo
Como se deja de soñar con lo inalcanzable

Quiero, quiero que mi conciencia deje de pronunciar tu nombre
Como se deja de decir Te amo
Quiero, quiero morirme ya
Por que es la única forma de ser feliz sin ti


Jorge Pérez Valverde

Una noche
Una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de músicas de alas,
Una noche
En que ardían en la sombra nupcial y húmeda las luciérnagas fantásticas,
A mi lado lentamente, contra mí ceñida toda, muda y pálida,
Como si un presentimiento de amarguras infinitas,
Hasta el más secreto fondo de las fibras te agitara,
Por la senda florecida que atraviesa la llanura
Caminabas,
Y la luna llena
Por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca,
Y tu sombra
Fina y lánguida,
Y mi sombra
Por los rayos de la luna proyectadas,
Sobre las arenas tristes
De la senda se juntaban,
Y eran una,
Y eran una,
Y eran una sola sombra larga
Y eran una sola sombra larga
Y eran una sola sombra larga...
Esta noche
Solo; el alma
Llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte,
Separado de ti misma por el tiempo, por la tumba y la distancia,
Por el infinito negro
Donde nuestra voz no alcanza,
Mudo y solo
Por la senda caminaba...
Y se oían los ladridos de los perros a la luna,
A la luna pálida,
Y el chillido
De las ranas...
Sentí frío; era el frío que tenían en tu alcoba
Tus mejillas y tus sienes y tus manos adoradas,
Entre las blancuras níveas
De las mortuorias sábanas,
Era el frío del sepulcro, era el hielo de la muerte
Era el frío de la nada,
Y mi sombra,
Por los rayos de la luna proyectada,
Iba sola,
Iba sola,
Iba sola por la estepa solitaria
Y tu sombra esbelta y ágil
Fina y lánguida,
Como en esa noche tibia de la muerta primavera,
Como en esa noche llena de murmullos de perfumes y de músicas de alas,
Se acercó y marchó con ella
Se acercó y marchó con ella...
Se acercó y marchó con ella...¡Oh las sombras enlazadas!
¡Oh las sombras de los cuerpos que se juntan con
[las sombras de las almas...
¡Oh las sombras que se buscan en las noches de tristezas y de lágrimas!...


Jose Asunción Silva

Expresa tu sentimientos con palabras sin sonidos... ¡¡

Mire el reflejo de mi aliento en el vidrio de la ventana que estaba junto a un estand de objetos antiguos. Aunque parezca extraño si, yo estaba en un museo. Era un loco arrebato de buscar la soledad para vender mi alma a cualquier espíritu que me mostrara el camino de la bonanza emocional. Pensé, que mis lágrimas podrían quitarle a mi cuerpo el frío que producía una nevada a las afueras de este lugar. Pero no, al parecer congelaban cada capilar, cada vena, cada delgado vaso de sangre que se atrevía a calentar mi cuerpo, parecía una especie de tormenta del dios Coro anunciando la llegada de un inverno destructor.
Salí a la sala principal y tome un café, mire el fondo del recipiente que coloque en mi mano, con el precipitado de dicho liquido se creaba el rostro de un hombre hermoso, con cabello negro como el azabache de la noche, una tez trigueña como un remolino de hojas al viento en un otoño prometedor, una sonrisa tan blanca que Dione te condeno a vivir, como el polvillo de dicha sustancia, parcialmente un reflejo.

Cuando me di cuenta que tu belleza había sido borrada del mundo, sentí una fatiga tan exasperante que coloque una soga en mi cuello a punto de terminar con años de trabajo, letras y tinta sobre papel; pero luego vi que esa no era la solución. Tome una valija y decidí buscar hasta en el ultimo rincón del mundo una imagen similar a tan bella perfección, esa que tenia grabada como un eco latente en cada pensamiento, cada suspiro, cada latido. Inicie un viaje inesperado, con un boleto de partida pero tal vez nunca de regreso. Mi travesía era larga y mi conciencia tenía conocimiento de ello, pero aun así no desistió. Llego a preguntarme si tendría fin dicho periplo, pero yo solo le respondía, silencio, aun escucho su muda voz, pasaron décadas en mi espalda, en mi piel, en mis labios pero aun así mi alma sabía que la recompensa de esa aficción era más grande que el valor de mi propia existencia. Ya no tenía escrúpulos, ni fluidos. Incluso llegue a pensar que ni siquiera tenia piernas, pero el seguir deambulando por las calles de tu corazón me demostraba lo contrario…en mi recorrido busque cosas que igualaran la finura de tus labios, la sublimidad de tu mirada y la gallardía del misterio que cubre tu rara presencia. Luego de esto me di cuenta que vagar por 7 mares, llegar a la luna, robarle un beso a Atenea, arrancarle cabello a Sansón y comer la manzana prohibida de Eva… mi viaje no ha sido en vano. Pues te encontré a ti.

Veo caer tus lágrimas avivando una pasión desconcertada
y un sentimiento inesperado,
son como los cubos de hielo que rebasan
la contingencia de un ice-berg en explosión,
como un lunar con historias y anécdotas que
quedaran marcadas en distintas partes de tu cuerpo,
como un recuerdo sin fin que no tiene fondo ni fluido
sólo tiene una presión que lo obliga
a bajar llenando sus orificios con helados vientos
que brotan de los polos en tus mejillas.

Ví esas gotas recorrer tu cara…
sentí ese momento tan eterno y tan detestable
que solo pensaba en salir y gritar
que eres ese pasado latente en mi pensamiento,
esa huella en la piedra,
esa marca en mis venas,
ese toque de magia que destruye mi vida,
pero que en realidad quería dejar pasar los segundos y asi, contemplar tu mirada.
Aun no se que escribo...
pero solo dejo que fluya mi mente
reflejando tu rostro y mis lágrimas
en una sola forma de vida,
tratando de asemejarse a la grandeza de un dios,
con la mortal diferencia de que tu belleza lo supera todo.


Blond .

Recordé la simetría de tu rostro,
Tratando de atravesar una puerta
Sin medida,
Permitiéndome conocer que en tu corazón,
No había esperanzas para mí,
Un día de verano,
Jure que un invierno
Me transformaría en un ave…
Para poder cantar a tu oído,
Volar sobre tu cielo
Y abrazarte con mis plumas
Pero ante todo,
Para entrar por la ventana más pequeña,
Aunque todo este cerrado.


Jairo Leonardo M.

Cuando la lluvia cae sobre la ciudad
una raza de seres tristes
se dedica a cazar los recuerdos
que navegan en los cristales de las ventanas.
Si alguna vez caminas bajo la lluvia
con seguridad
sorprenderás a alguno de ellos
ansiando encontrar entre las gotas
las formas precisas
para llenar el vacío que inunda
el contorno de sus ojos.
Si cuentas con suerte
y el cazador no percibe tu presencia
podrás descubrir en toda su dimensión
la forma exacta de la tristeza.
Luego podrás huir de allí sin remordimientos.
Si por algún azar ocurriese lo contrario
no te queda otro remedio.
Deberás aceptar que detrás de la ventana alguien
hacía mucho tiempo
esperaba por ti para hacerte saber
que es esa la estirpe a la que en realidad perteneces.

Jesús David Buelvas Pedroza

Al abrir mis ojos me encuentro encerrado (a) en cuatro paredes, que me impiden realizar cualquier movimiento, pienso… y solo me queda reflexionar sobre loo que fue, lo que es y lo que pudo ser.
Comienzo a tomar el poco de oxigeno que me quedo, y comienzo a escribir en mi mente las palabras que le dicta mi alma; al imaginar a mi familia y recordar los momentos mas cálidos que viví con ella, una sonrisa se dibuja en mi rostro, de igual forma, pero ahora con mayor velocidad, se borra… llego a preguntarme donde están, por que se fueron, era tan poco su amor. Algunos días los siento llorar pero solo escucho caer sus lágrimas y gemidos sin poder consolarlos, me duele… pero igual o peor estoy yo.
A veces ruego por que me visiten, otras solo quiero estar solo (a) tratando de abstraer los hermosos sonidos de la naturaleza; también pienso en la gente que esta a mi alrededor llena de miedo, soledad, angustia y una sed insaciable de esperanza. Al sentirlos interrumpo mi silencio para detenerme a detallar sus problemas, pues en la época de la vida en la que yo me encuentro se aprende a observar e ir mas allá, a volar sin alas, a sentir sin tocar, a beber sin tomar, a vivir sin morir… en fin de querer sin ser querido.
Me pregunto muchas cosas a las cuales no les encuentro respuesta, pues nadie me escucha, al tener frió, nadie me abraza, al sentir miedo nadie me susurra al oído ¡yo estoy contigo! , al sentirme solo nadie me visita, al no tener con quien hablar y querer hacerlo nadie me tiene en cuenta, a pesar de lo que pienso nadie nunca me juzga, por eso me siento como me siento, por eso digo lo que digo , y al pensar pienso que nadie es mi mejor compañía.

Esta es la carta escrita por un difunto, eso es lo que se siente no tener alma, tener boca pero no voz, tener ojos pero no el placer de ver, tener manos y no poder sentir, tener un poquito de vida y no poder morir….

El la tituló: Una muestra de lo que es la verdadera soledad.


Maria Rubio

Tan radiante y tan completa es nuestra amiga.
Tan sumida en el dolor y la desesperación
Ella grita día tras día,
Tan impaciente, tan cautelosa y tan ágil,
Va vagando por el mundo buscando
un lugar para por fin su semilla plantar.

Descubriendo en cada viaje la ambición,
La tristeza y la desesperanza del corazón
Donde ella visita, tocando siempre a la puerta,
Ella no es atendida y observando por las ventanas
No ve más que sol, egoísmo e incomprensión,
Mas dejando una nota a pie de la puerta de aquel lugar..
Se marcha sin ser escuchada
Dejando atrás personas sin compasión.

Y viaja nuevamente hasta que la dejan entrar,
Tan pronto entra el lugar se toma resplandeciente
Y el recuerdo de aquellas visitas, se borra,
Al ver en ese sitio la unión de un lugar en armonía
Y dejando en su mente el recuerdo
De varias manos unidas

Camila Fuentes A.